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domingo, 25 de julio de 2010

Despotismo Ilustrado

EL DESPOTISMO ILUSTRADO

Fue un tipo de gobierno basado en ciertos principios de la ilustración que algunos monarcas europeos adoptaron en la segunda mitad del siglo XVIII,  con el fin de fortalecer el poder real frente a la iglesia y a la nobleza. El máximo principio de esta forma de gobierno era “ todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Promovió reformas para estimular el desarrollo económico y educativo, pero de manera despótica o autoritaria.

Como ya sabemos, algunos reyes europeos estuvieron de acuerdo con muchos principios de la Ilustración, pensando que al reformar racionalmente sus Estados se modernizarían y engrandecerían. Impulsaron las actividades económicas, mejoraron las comunicaciones y la higiene, desarrollaron la educación y fomentaron la cultura, reformaron la justicia y los sistemas penitenciarios, pero ninguno aceptó la idea de restringir su poder absoluto; de ahí que se denominara absolutismo ilustrado o despotismo ilustrado al tipo de gobierno que ejercieron.


HILANDO MAS FINO, EL DESPOTISMO ILUSTRADO:


Fue una forma de gobierno que trataba de conciliar:

1.- El absolutismo.

2.- Con las nuevas ideas de la Ilustración.

Para ello intentaba conjugar los intereses:

1.- Los intereses de la monarquía.

2.- Con el bienestar de los gobernados.

Se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XVIII. El término tiene su origen en la palabra italiana "Déspota", es decir, soberano que gobierna sin sujeción a ley alguna.

Esta Forma De Gobernar

Buena parte de los soberanos europeos desarrollaron en mayor o menor medida esta forma de gobernar, utilizando su indiscutible supremacía como herramienta para:

a) Incentivar la cultura.

b) Mejorar de las condiciones de vida de sus súbditos.

Pero al hacerlo, prescindieron de su concurso y opinión. La famosa frase acuñada “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo” se hizo eco de una realidad que intentaba aunar la tradición con la novedad.

Como Lo Llevaron A Cabo

Para llevar a cabo la famosa frase “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo” se valieron de una serie de reformas que en cierto modo buscaban:

·        modernizar las estructuras económicas.
·        Modernizar la estructura administrativa.
·        Modernizar la estructura educativa.
·        Modernizar la estructura judicial.
·        Modernizar la estructura militar.

En sus respectivos estados. Todo ello, sin embargo, respetando:

1.- La esencia del régimen absolutista.

2.- Y la división estamental de la sociedad.

La planificación y puesta en práctica de esas actuaciones recayó sobre sobre una serie de ministros y altos funcionarios de la administración estatal, entre los que destacaron:

·        el marqués de Pombal en Portugal.


·        el marqués de la Ensenada en España.


·        Turgot en Francia.



Destacaron entre los déspotas:


·        En España, Carlos III.


·        En Austria, María Teresa y 


·        En Austria José II.



·        En Prusia, Federico II.


·        En Rusia, Catalina II.


No obstante, la moderna historiografía pone en duda la verdadera intencionalidad reformista de algunos de ellos. Tal es el caso de Catalina de Rusia o Federico el Grande de Prusia.

En Francia:

País cuna de las revoluciones burguesas, el despotismo ilustrado no alcanzó el relieve que en otros estados europeos, ya que las iniciativas de sus defensores (los ministros Turgot, Necker, Brienenne o Calonne) se toparon con la incomprensión y oposición de los privilegiados a los que las reformas afectaban negativamente.

Las Limitaciones Del Despotismo Ilustrado

Estas limitaciones fueron evidentes:

a) Obtuvo relativos éxitos en los campos administrativo, educativo y económico.

b) Fracasó en el social ya que sus promotores no fueron partidarios de acometer reformas en profundidad que pusiesen en peligro las viejas estructuras del Antiguo Régimen.

Este fracaso abrió el camino a posiciones más radicales y, a la postre, el intento de modernización del absolutismo se vio frustrada por las revoluciones burguesas.